Un Almirante Brown desconocido y que todavía no llega a tener el rendimiento que tuvo al final del año pasado, cayó ante Quilmes en Casanova por 1 a 0 y se aleja de los primeros puestos. Telechea marcó el único gol del encuentro.
Viernes por la tarde. Pésimo horario para aquel que trabajo y eso se notó en las tribunas. Igual mucha gente (de ambos lados) se acercó al Fragata Sarmiento para ver a su equipo ganar. Con sed de revancha, luego de la derrota ante Independiente, los de Blas Giunta salieron a la cancha para enfrentar a un Quilmes que llegó confiado y con ansias de llegar a la punta.
Almirante jugó un partido para el olvido: sin ideas, sin llegadas, sin la pelota y sin todo. Ojo, también hay mérito de Quilmes y su técnico Caruso que planeó el partido y le salió a la perfección. Consuelo de tontos sería decir que "mejor que pasó ahora y no en los momentos finales" pero la realidad dice que Almirante no ganó en este 2012 y se aleja de los primeros puestos.
Sin Garre, con Leon "enmascarado", con cambio de esquema y con la confianza en Monasterio, el Mirasol no pudo ante un Quilmes ordenado y sobrio que manejó al partido como quiso. Almirante casi no atacó en todo el partido, Tripodi fue un espectador de lujo. Ni con los cambios, el aurinegro pudo torcer el encuentro.
Parecen muchas pálidas y los son pero falta mucho todavía. Lo bueno del fútbol es que siempre hay revancha y ahora la hay ante el Deportivo Merlo, ante el cual buscará el primer triunfo del año, levantar el ánimo y cambiar la cara que dejó en estos encuentros. Falta mucho, la ilusión todavía está y la fe es lo último que se pierde.
Un Almirante Brown desconocido y que todavía no llega a tener el rendimiento que tuvo al final del año pasado, cayó ante Quilmes en Casanova por 1 a 0 y se aleja de los primeros puestos. Telechea marcó el único gol del encuentro.
Viernes por la tarde. Pésimo horario para aquel que trabajo y eso se notó en las tribunas. Igual mucha gente (de ambos lados) se acercó al Fragata Sarmiento para ver a su equipo ganar. Con sed de revancha, luego de la derrota ante Independiente, los de Blas Giunta salieron a la cancha para enfrentar a un Quilmes que llegó confiado y con ansias de llegar a la punta.
Almirante jugó un partido para el olvido: sin ideas, sin llegadas, sin la pelota y sin todo. Ojo, también hay mérito de Quilmes y su técnico Caruso que planeó el partido y le salió a la perfección. Consuelo de tontos sería decir que "mejor que pasó ahora y no en los momentos finales" pero la realidad dice que Almirante no ganó en este 2012 y se aleja de los primeros puestos.
Sin Garre, con Leon "enmascarado", con cambio de esquema y con la confianza en Monasterio, el Mirasol no pudo ante un Quilmes ordenado y sobrio que manejó al partido como quiso. Almirante casi no atacó en todo el partido, Tripodi fue un espectador de lujo. Ni con los cambios, el aurinegro pudo torcer el encuentro.
Parecen muchas pálidas y los son pero falta mucho todavía. Lo bueno del fútbol es que siempre hay revancha y ahora la hay ante el Deportivo Merlo, ante el cual buscará el primer triunfo del año, levantar el ánimo y cambiar la cara que dejó en estos encuentros. Falta mucho, la ilusión todavía está y la fe es lo último que se pierde.
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