Los clásicos son clásicos. No importa como vengas, como es tu estado ni todas las habladurías en la previa. Los clásicos se ganan. Esta vez, lo ganó Nueva Chicago en Mataderos (donde Almirante había ganado las últimas dos veces). Así, el Mirasol se privó de seguir sumando puntos de cara al próximo torneo. Para el Torito, una simple sonrisa en medio del infierno.
Con un gol a los 22 minutos del segundo tiempo, el local ganó sin sobrarle mucho. El partido fue para el olvido si hablamos de rendimiento. Un equipo que demostró porque perdió la categoría y otro que nunca se acomodó en la cancha. El "gol gana" lo convirtió Chicago y, listo, a lamentarse.
¿La buena de la tarde? El debut de Alan Castillo y la cantidad de juveniles que terminaron jugando. ¿Lo malo? Aparte del resultado, las lesiones de Carballo y Canelo. ¿El rendimiento?
Pobre en un partido que necesitaba jugarse de otra manera.
Borrón y cuenta nueva. Pensar en Olimpo, un rival dificilisimo que tiene chances de ascender la próxima fecha. Este partido servirá de ejemplo sobre lo que no hay que volver a realizar.
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