"El fútbol es resultado y se gana con goles", esbozó Rodríguez al terminar el encuentro. Y sin querer, en una frase, explicó el trámite del partido. Almirante hizo el gasto, generó, pero no pudo definir las jugadas que tuvo. Todo lo contrario a Armenio, que tuvo una gran efectividad y terminó cerrando el encuentro con comodidad, en Casanova y con un arbitraje regular de José Carreras.
El simbronazo del primer gol con una responsabilidad absoluta de Bruno Centeno hizo que Almirante hizo que el equipo de Osvaldo tuviera que salir a jugar y ser protagonista con lo que tenía: Flegenal de aceptable rendimiento en la conducción (no por eso satisfactorio) acompañado los chicos como Pires, Blas García y Núñez que ingresó en lugar de Zunino. Con más garra que fútbol, el Mirasol inquietó a su rival pero lejos estuvo de ser más que Armenio.
Ya en la segunda parte, el ingreso de Carruega le dio otro aire e ímpetu al equipo en el ataque ante un Armenio que se replegó e intentó cuidar la pelota. Rodríguez lo tuvo tras un centro que no logró desviar al igual que Ibars que erró a un cabezazo en el área chica. El resto de la segunda etapa fue mucho empuje, poco orden y para colmo de males sobre el final llegó otro golpe. Herrera, delantero recién ingresado en Armenio, se hizo espacio y sacó un derechazo formidable desde afuera del área que se clavó en el ángulo, sellando el 2-0 final.
Almirante Brown tendrá una semana complicada, que puede ser bisagra. Osvaldo deberá respaldar, o no, a Centeno en el arco que se fue insultado por la gente. Por otro lado, el martes será la asamblea ordinaria, en la que el socio expresará su opinión sobre el andar del club en este año. Ah, y se viene el duro Estudiantes de Caseros. Así estamos.
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