Un 2016 lleno de dolores de cabeza

Un año más que difícil futbolística e institucionalmente. Plantel carisimo con un fracaso absoluto, elecciones anticipadas, deudas, problemas con el descenso, falta de ingresos, desapariciones dirigenciales y soluciones golondrinas.

Cada año decimos que "peor no se puede estar" pero este Almirante Brown es una maquina de superar frases hechas. Este 2016 no es la excepción y diremos la misma frase: peor no se puede estar.

A esta altura del año pasado, otras eran las caras. Esperanza y expectativa ante el plantel más caro de la categoría. ¿De dónde había salido el dinero? Nadie sabía. ¿Alguien preguntó? "¡Vamos, vamos, que este año ascendemos!", repetíamos. No, no ascendimos. Seguimos pagando esos platos rotos. Culpables, cero.

El equipo de estrellas terminó peleando el descenso luego de la renuncia de Cisneros y la llegada de Pascutti. Si, Almirante Brown se salvó gracias a una serie de victorias con un once repleto de pibes más los goles de Gabriel Rodriguez. El equipo que iba a ascender terminó festejando una derrota de Armenio para no irse a la C. Culpables, cero.

En el medio, la dirigencia encabezada por Luis Diosquez adelantó las elecciones durante un caos institucional. Así, terminaba una de las más negativas en la historia de la institución y con mayor cantidad de renunciantes. Sin terminar el periodo completo, la unión Mirasoles-MIA deja de gobernar al club aurinegro. El fútbol era el termómetro y lo fue: esa dirigencia contrató ocho técnicos, ¡echó a uno y lo trajo dos meses después! y todo sigue sin quedar claro tema Canelo, Grahl, Gimenez, la cantidad de juveniles que se fueron a clubes de primera división y, sobre todo, los excesivos planteles para torneos tan cortos. Culpables, cero.

En las elecciones, apareció esa guerra de egos que no le hacen bien a nadie y menos al club. Acusaciones por acá, acusaciones por allá, guita gastada en publicidad que se podrían haber usado para levantar un club que se caía a pedazos, amenazas, lavados de mano, unidades que no fueron y cambios repentinos. Culpables, cero.

Terminó ganando, ampliamente, Francisco Argento, acompañado por los grupos de trabajo. El fierro caliente era agarrar un club endeudado y con serios problemas institucionales. Las primeras decisiones pasaron por la reducción de gastos, de plantel, austeras decisiones en cuanto al día a día futbolisticos y pagar lo que se debía. Eso si hay que reconocerlo. Ahora, la falta de material y capacidad para generar recursos no se puede dejar pasar. Almirante Brown no genera un peso. Ni siquiera los pequeños ingresos propios de la publicidad y marketing. Aunque lo peor pasa por la desorganización y serios problemas en el fútbol amateur, verdadero generador de ingresos. En los últimos años, Almirante Brown vendió más de cinco jugadores en cifras millonarias (¡¿dónde está lo ingresado?!) y todos salieron de las inferiores. Hoy, un descontrol con miles de rumores, egos, interese y peleas. ¿Proyectos? Signos de preguntas. Culpables, cero.

Cuando parecía que la calma llegaba, otra vez las internas de hinchadas provocaron que Almirante Brown tenga que jugar, de local, a casi 100 kilómetros de su estadio. Un tema sin solución que debería ser el primero en tocar de cada dirigencia que se siente a manejar al club. Se vendieron generales, si. Se jugó con tribuna repleta, si, pero ahora volvimos a jugar con socios y marcados de club violento porque, a la menor incidencia, los medios se cansan de reflejarlo y agrandarlo. Un tema de nunca acabar. Culpables, cero.

Hoy, el equipo no está en su mejor momento pero, tampoco, tiene el mejor plantel. Lleno de chicos y con problemas en los pagos de sueldos, al igual que todo el fútbol argentino, Almirante Brown se convirtió, desde hace unos años, en uno más del montón en el ascenso. Eso duele y mucho. La última vez que peleamos un torneo estábamos en la B Nacional. Torneo a torneo, actualmente, peleamos por engrosar el promedio. Culpables, cero.

Por un 2017 con responsabilidad. Que nadie siga jugando con el dinero de la institución ya que es muy fácil decidir cuando la plata no es tuya. Que si algo se hace mal, haya culpables. Por el bien del club, de los socios y hacer a Almirante Brown grande nuevamente.